El mayor impacto que podemos hacer como iglesia es crear oportunidades para que la gente experimente una relación personal con Jesucristo que cambie su vida. Tu generosidad ayuda a hacer esto posible.
Como contribuyente financiero, puedes tener confianza en la manera en que las finanzas son administradas por la iglesia. El liderazgo de ICGDL se esfuerza por ser responsable y transparente y por reflejar auténticos valores espirituales en nuestro estilo de vida.
La Biblia nos enseña dos maneras de dar financieramente para apoyar la obra del Señor –– diezmos y ofrendas. Adoramos al Señor reconociendo de dónde viene todo lo bueno en nuestras vidas al traerle nuestro diezmo, que es el 10% de nuestros ingreso. Cuando damos además de nuestro diezmo, se llama una ofrenda. "Porque Dios ama al dador alegre" (2 Corinitios 9:7).